domingo, 30 de abril de 2017

CAMISE-CAS por el Mundo (una crónica de Manuel Ferreira)



Hola, soy la camise-CAS. El pasado 23 de abril me desplacé a Madrid para participar en la 40 edición de uno de los Maratones más importantes de panorama Internacional. En esta ocasión, estaba previsto la participación de 37.000 atletas, ¡¡de 108 países!!.

        Debo recordaros, que ese mismo día, se corre un 10k, una Media Maratón y la Maratón.

        Allí me cito con la camiseta conmemorativa de la edición de este año. Una soberbia camiseta técnica...marca Adidas de color negro, con letras en color Oro...  Nos saludamos y me propone ir a ver a una vieja amiga, la  camiseta que se entregó en la primera edición, que se celebró el 21 de mayo de 1978.....¡pues claro!!  le contesté.... y allá nos fuimos...

        En un marco con cristal, para que no se estropee más, me encuentro con una bonita, pero deslucida camiseta de algodón, la cual nos  cuenta que la celebración de la primera edición, fue una fiesta. Todos pensaban que una distancia tan grande sólo la podían correr como mucho 100 atletas, ¡¡pero se apuntaron 7000!!. Fue tanta la publicidad que se le dio que, al final, éramos un montón.

        La mayoría no había entrenado jamás y muchos corrían con lo que tenían...zapatos normales...botas de todo tipo...otros con las que llamamos zapatillas “victoria”, vamos zapatillas de loneta ... se para, me mira y se ríe... me vuelve a mirar... se queda pensativa y sigue: ...bueno el caso es que salieron 7.000 y abandonaron 4.000 participantes...

¡Qué tiempos aquellos...! nos cuenta...recuerdo que en esas primeras ediciones, apenas había avituallamientos y los que había se vaciaban con rapidez. Pese a ello, los vecinos, conscientes del esfuerzo, solían aportar fruta y agua a los corredores.

        Eran años donde apuntarse se hacía muchas veces el mismo día y los dorsales, en algunos casos, eran cartones con un número que te identificaba.

        Ya muy fatigada nos cuenta, que antes se corría paralelo al tráfico, por tramos de la carretera de Extremadura, por un pequeño arcén... junto a coches que pasaban casi rozándonos...¡¡¡qué tiempos!!!... se para...nos mira y sigue: Nos ponían un bus, los de la compañía EMT, que circulaba paralelo a la carrera y si no tenías fuerzas para seguir, te podías subir en marcha... en fin no quiero aburriros....pero nos mira y nos recuerda que han pasado ya 40 años, que esta carrera es una de las mejores del mundo...que es el maratón popular más antiguo de España y uno de los más veteranos de Europa. Que hay 13 atletas que han corrido las 39 ediciones anteriores.

        Comenta que a su querida MAPOMA (como se conoce popularmente), ya le han concedido la Gold Label... que ahora la prueba se llama... EDP Rock´n Roll Maratón. Que es una de las grandes del mundo en ruta, que hoy sólo los ostenta 20 maratones del mundo... entre ellos...Nueva York, Boston, Londres....

       Nos despedimos y le pido si puedo sacar una foto con ella, como recuerdo... a lo que asiente con un gesto casi inapreciable...    
 Me propone visitar algunos puntos emblemáticos de la ciudad, como la puerta de Alcalá.

        Pasamos por el Retiro, para tomarnos un café.


        Me cuenta que no es un maratón fácil, e incluso es Vox Populi eso de que es de las denominadas carrera “duras”.

        La salida tiene lugar junto a la Estatua de la Cibeles, un lugar muy significativo para los madrileños, y con un montón de historia. Los primeros kilómetros discurren por el Paseo de la Castellana, con ligera subida, durante 6 kilómetros. 
        Del 7 al 14 el perfil se vuelve ligeramente descendente, esto hace que “muchos” se dejen llevar por la euforia y se confíen... por favor, mente fría...todavía falta mucho.
        Mañana va a hacer mucho calor, por lo que conviene beber en todos los avituallamientos, los kilómetros te irán pasando y del 15 al 24 pese a algunas subidas, la sensación de correr cuesta abajo, te invadirá.
        Me recuerda que en el kilómetro 25... entramos en la casa de Campo, un sitio fabuloso para practicar el Running, pero un poco desolado, ya que habrá poca gente. Aquí es donde muchos valientes, comprueban que esto de correr no es fácil.
        Llegado el 30 la carrera se adentra en la ciudad, con mucha gente.
       Del kilómetro 35 al 41, el trabajo está hecho, subirás...bajarás... y acabarás subiendo en dirección a la Puerta de Alcalá...y el parque del Retiro te espera...La emoción te invadirá, ya serás un maratoniano... pero eso será mañana... 

        Le agradezco su tiempo y me despido, me voy a descansar, mañana voy a Correr un Gran Maratón....pero eso os lo cuento otro día.

sábado, 29 de abril de 2017

Siempre sonriendo (por Inés Papín)

Cuarta maratón, se dice pronto, cuando echo la vista atrás y allá por agosto del 2011 Noe me preguntó si ese domingo tenía algo que hacer y descubrí el mundo de los corredores, con sus sonrisas, todas sonrisas y el ambiente maravilloso que se respiraba del principio a fin.

Allí me quedé enamorada para siempre, y empecé a correr o trotar a una media de 3 minutos corriendo, 10 andando.

Desde ese día hasta el 23 abril 2017 un cambio total en mi vida, descubrir el CAS, un nuevo flechazo, ver el grupete de gente que yo me quedaba mirando en cada carrera, sobre todo mujeres, envidiando poder estar allí entre ellos, poder compartir ilusiones, carreras, compañía, y de nuevo la suerte me acompañó y nuestras vidas se cruzaron, más bien Fernando se cruzó en medio de las bicicletas, gracias Fernando.


Desde ese día no llevo ni la cuenta de carreras de 400, 1.500, 5.000, 10.000, media maratón, pero sí llevo la cuenta de las maratones, son 4 y cada una de ellas distintas, cada una grabadas a fuego, ¡si es que no tengo duda soy MARATONIANA!!!

En este año, fue una preparación muy especial, muy llevadera, fueron menos de 2 meses dedicándonos sólo a la maratón, este año tocó poco, pero con gusto, allá quedaron las tiradas largas, los 8.000 los 6.000 y siempre en compañía, encontrarnos este año los 4 cada fin de semana para disfrutar, sufrir, tirar unos de otros y animar, aconsejar, discutir, pero sobre todo sonreír, siempre sonreír.

Sin enterarnos nos encontramos el día 23 en la salida con el corazón desbocado y sin saber si llegaría a la meta.

La incertidumbre en la maratón es lo que le hace especial, es un desafío que año tras año hay que plantarle cara y arriesgarse, porque por muy bien preparada que estés el señor del mazo pega duro y muy duro.

En el km 2 ya por fin llegan nuestros chicos y por fin respiro tranquila, ahora toca pasito a pasito e ir siempre hacia delante, como dice María Luisa, levanta mirada y sonríe...
Nerviosa por una misma por saber como responderá tu cuerpo, nerviosa por Noelia que se arriesga a ir a un ritmo muy elevado sabiendo que va a ser difícil mantener, nerviosa por Segis que se estrena, que lleva los últimos días con una lesión en el pie y no sabemos como le irá, nerviosa por Paleo que no dudo en ningún momento que irá sobrado durante muchos kilómetros, pero sabiendo que ir tirando tantos y siempre delante le pasará factura, feliz y sonriente porque hemos logrado estar los 4 en la salida y estamos los 4 juntos en este largo camino, los 4 que hemos soñado, reído, discutido, sufrido, y sonreído por fin juntos!!!

Juntos y rodeados de todo el Cas, en cada esquina allá están gritando, chillando, cantando, hacen que vueles, es una inyección de adrenalina imposible de parar.

Rodeada de mis hijos, que encima de la bicicleta rodean Coruña para seguirnos, de Eliseo, que este año no pudo terminarla, pero hizo un trabajo envidiable, no me cabe duda, acompañando a la liebre de 3:45, animando estoy segura a todo aquel que quisiera escuchar, y como bien dicen, ¡con él no te aburres!!!

Viendo a cada uno de los valientes del CAS que este año hemos podido estar en la salida, al Chinchilla que va como un tiro, tantos entrenos viéndolo volar, a Morlán dándolo todo y más, siempre con la mirada atenta del Míster, a las chicas Suka y Marisa, a Carlos, Gilberto, Oscar, Jose Juan, Iago, Inda, Francisco,,. Toni, ese sí que tuvo narices…, y la liebre del CAS Juan, ENHORABUENA!!!

Juntos hasta el final de la segunda vuelta, que Noelia empieza a bajar el ritmo y mirando de reojo decimos: ¡¡¡¡VAMOS NOE!!!!, pero Noe aprieta dientes y no puede más, y el chico de la bici se queda con ella.

Los 3 juntos hasta la tercera vuelta en la casa del mar donde se va quedando Paleo y le grito, ¡AHORA NO, JESÚS!!!!, pero el hombre del mazo es más fuerte que yo.

Los 2 juntos hasta la rotonda de Oza, en la que es Segis el que me dice ¡¡¡Inés tiraaa!!! y me quedo sola, me quiero quedar pero las piernas tienen puesta una marcha que no deja reducir, sola hasta Juana de Vega que me encuentro por enésima vez a todo el CAS con sus gritos, aplausos VENGA INÉSSSS, metiéndose dentro del circuito que por un momento pensé que se venían conmigo, el corazón se desboca de nuevo y la emoción empieza desbordarme, veo que voy a terminar mi cuarta maratón, veo que el hombre del mazo hoy no me quiso, veo a la velocidad de la luz esos meses de entrenos, veo a mi querido Alberto Orey, paciencia infinita y el que ha hecho posible que esté ahí y veo la entrada de María Pita.

Una emoción me sacude todo el cuerpo y nada más llegar me doy la vuelta y espero ansiosa para ver como va llegando Jesús, que no puede contener la emoción, la llegada de Segis que me preocupa porque lo veo en estado de shock, y veo que Noe no da llegado hasta que por fin ahí está con el chico de la bici y con Fran, que desde la casa del agua que le grité: ¡Pilla a Noe!!!!  no la abandonó.

Esto se terminó, y es una sensación muy rara, porque nos falta la pregunta de: ¿Y este finde que toca???  por poco tiempo, pero estoy rara, no puedo entender como pude vivir tantos años sin correr, sin el Cas!!!!


viernes, 28 de abril de 2017

Pues no ha podido ser!!!!! (por Alberto Morlán)

Han sido 3 meses de duro entrenamiento y en 5 segundos se ha ido todo al garete.

Son cosas que pasan en un maratón y sobre todo cuando los ritmos son altos.

Esta ha sido mi 7ª maratón lo que hace que ya tenga algo de experiencia por lo que llevaba en mi cabeza el planinng completo de la carrera para que no fallara nada y así intentar conseguir el reto de ser sub3h junto a Toni que se estrenaba en la maratón.

Empezamos con un buen ritmo y a los 500 mts ya íbamos al ritmo previsto aunque un poco por detrás del grupo de 3h.

Al llegar al km 3 veo que el grupo junto a la liebre se nos están distanciando y aprovechando la bajada después de la rotonda de la casa de los peces decido apretar un poco para darles caza pues de lo contrario nos quedaríamos solos. Toni me avisa de que vamos algo rápido pero es importante ir en el grupo y no quedarnos solos. Estamos en el grupo y pasamos por el avituallamiento 1, primer error, solo tienen agua por el lado derecho y está en 2 mesas pegadas por lo que no me da tiempo a coger agua, menos mal que los del grupo se dieron cuenta y repartieron el agua entre los que no pudimos cogerla que fuimos unos cuantos. Continuamos y vemos que la liebre va un poco rápido, entre 8/10 s/km. Es demasiado rápido para nosotros pero decido darle un margen por si la liebre decide regular. 
Pasamos el km 10 con 58" de adelanto según el planing y hablando con Toni decidimos bajar el ritmo y hacer nuestra carrera. No ha sido una decisión fácil pues el ir en grupo te da muchas ventajas pero el ritmo era muy rápido. Llegamos al avituallamiento 2 y de nuevo me pilla en el medio del grupo aunque de esta vez si logro pillar agua aunque no se porque pero el beber trago demasiado aire, no se si fue que aun iba pensando en el grupo, o echando cuentas o no se que pero en el momento de beber no estaba concentrado en ello, gran error. 
Al poco rato me da un punto, estaba claro, había tragado demasiado aire. Intento respirar hondo para quitar el aire del estomago pero nada, no lo consigo y cada vez la molestia es mas grande pero el ritmo no desciende demasiado. Pasamos el km 21 y ya vamos con el tiempo marcado del planing, 1:30:00, pero a partir de ahí la cosa cambia. De repente me noto que ya voy alto de pulsaciones, la mierda del punto no desaparece del todo, por lo que tengo que bajar más el ritmo para estabilizar las pulsaciones, le digo a Toni que se vaya y a partir de aquí la cosa va de mal en peor. Empieza a dolerme la parte posterior de la rodilla izquierda, después los isquios parece que se acortaron de repente y la zancada es cada vez más corta y poco a poco empieza a dolerme todo el cuerpo y el punto ya no está, no sé si es que como me duelen las piernas el punto es lo que menos me influye y ya no lo noto o si es que desapareció. 
El km 28 es una de las peores zonas del maratón, queda 1 vuelta y se pasa por la zona de la salida, la mejor zona para abandonar, hay un montón de amigos y compañeros animando en esa zona y abandonar ahí es muy fácil por lo que me pregunto a mi mismo que desde cuando me gustan a mi los retos fáciles y eso me hace cambiar el chip e intento acelerar ya que el punto ha desaparecido pero que iluso, ahora las piernas son las que se quieren parar y no quieren saber nada de acelerar. Continuo sufriendo y en avituallamiento del km 30 tengo que pararme para beber, necesito beber mucho pues el sol ya está apretando y no quiero arriesgarme a tragar aire de nuevo. El arrancar después es lo peor pero he bebido la botella entera y me sienta muy bien, tanto que a los 300 mtrs tengo que parar a mear.
 Continuo como puedo, 50 segundos/km por debajo de lo establecido y las piernas no pueden mas, nuevo avituallamiento y mismo procedimiento, me paro para poder beber tranquilo y el sufrimiento va a más y al paso por la plaza de Pontevedra la cabeza quiere parar, es el km 36 y ahí está Bea, que mejor sitio para abandonar que ese? Pero en esos instantes me acuerdo de que este año era la 6ª edición de Coruña42 y que yo había acabado las 5 anteriores por lo que por 7 km no iba a dejar de ser finisher un año mas y total qué más daba sufrir un poco más. De esos últimos 7 km casi no me acuerdo de nada, solo tengo 2 destellos, uno es ver como Berto me pasaba con cara de felicidad, supongo que al ver que iba a ser maratoniano y la otra es cruzarme con Ines que iba adelantando a todo el mundo con una gran zancada que y no parecía que estuviera en el km 38. Al final entré en meta con un tiempo de 3:17:00. 
Ha sido el maratón que más he preparado y en el que más he sufrido con diferencia de los 7 que llevo.
Pero no todo ha sido sufrimiento al final eso ha sido lo que menos sobre todo gracias a mi churry Beatriz que ha estado apoyándome y ayudándome en todo lo necesario, a la gran cantidad de amigos y compañeros que han estado animándonos durante toda la carrera que es imposible acordarse de tod@s, los niñ@s en las bicis por la zona del paseo, por el paseo marítimo, en la zona del Hotel riazor, en Salesianos, Casa del Mar, la palloza, en meta, pero sobre todo había 2 grupos, uno en Correos y el otro en Plaza de Mina que al pasar daban ganas de esprintar, muchas gracias a tod@s por los ánimos. 

También tengo que darle las gracias a mi grupo de entreno "La Caña de INEF" y a los marationanos del grupo, Ines, NoeliaSegismundo, Jesus Paleo, y a Jesús que me ha ayudado en muchos entrenos tirando de mi, vaya series que nos hemos gastado este año, eh. Y como no a nuestro mister Alberto que sigue teniendo un culito ............

También a Toni que aunque no pude seguirle ha hecho una gran marca en su primer maratón.
Y para acabar decir que van 6 ediciones de Coruña42 y que las hayamos acabados todas somos 28 de los cuales 4 somos del Club Atletismo Sada, MarisaJuanJavier y yo.

P.D.: Javi lo siento pero cuando llego Marisa ya no estabas por la plaza para sacar la foto de los 4.
Y ahora qué?
Cuál será la siguiente?


Mi debut en un maratón (por Toni)

¿Es posible preparar una maratón en un mes? ¿E intentar hacerlo en 3 horas?.  Esas dos preguntas me las venía haciendo en el último mes; a la primera tenía menos dudas teniendo en cuenta el tiempo que llevo corriendo y lo tozudo que soy, pero la segunda ya era otra historia como quedó después demostrado.

Entrenamiento previo

Todo empieza un domingo 19 de marzo, mis compañeros de Club Alberto y Jesús habían quedado para hacer la tirada que les correspondía de 30 km de cara al Maratón, hablo con ellos para acompañarlos con intención de hacer 20 kilómetros, al final en vez de los 20 que tenía intención de hacer acabamos haciendo los tres 28 kilómetros. Al finalizar el entreno empiezan a decirme que si fui capaz de hacer ese entreno que porque no me apunto al maratón, la idea ya llevaba tiempo rondándome la cabeza, así que tras poco insistirme (poca falta hace que me insistan) decido apuntarme. Hablo con Alberto de qué expectativas tiene y le pido que me prepare un entrenamiento intensivo de un mes para tratar de ir juntos (para ser mi primer maratón prefiero hacerlo acompañado) ya que no tengo ni idea de qué tipo de entrenamiento tengo que hacer.

Día de la carrera

Suena el despertador a las 6 a.m. , no me cuesta mucho levantarme ya que por motivos de trabajo llevo toda la semana despertándome a las 4.50 a.m. , desayuno habitual, últimos preparativos, repaso que no se me olvide nada y a esperar a que Alberto y Bea pasen a recogerme. Con puntualidad suiza pasan por mi casa, vamos en el coche comentando la táctica a seguir y Alberto va dándome los últimos consejos. Llegamos a Coruña, con el tiempo suficiente para aparcar sin problemas cerca de María Pita. Comenzamos a calentar un poco, sin pasarse que tenemos por delante 42 km, y nos encaminamos para el Obelisco para hacer la foto de Club. Hay un montón de compañeros, tanto los que van a participar en el Maratón como los que van a hacer el 10K, últimos ánimos entre nosotros y nos encaminamos cada uno para su cajón correspondiente, tengo el estómago encogido (miedo a lo desconocido).

Pistoletazo y salimos, Alberto y yo tenemos intención de ir con la liebre de 3 horas, me coloco los primeros kilómetros en todo momento por detrás de él, los kilómetros empiezan a caer. Pronto me doy cuenta que la liebre va demasiado rápido, todos los kilómetros van casi rozando los 4 minutos incluso varios por debajo, se lo comento a Alberto pero me dice que es mejor hacer los primeros más rápidos y que ya tendremos tiempo de aminorar, mi cabeza me dice que ese ritmo me va a ser imposible de seguir, por momentos pienso en dejarlo marchar y coger yo mi propio ritmo, decido seguir juntos, primeros 10 kilómetros 41.02, este ritmo va ser imposible de aguantar…, llegado a un punto (no recuerdo que kilometro sería) Alberto recapacita y decidimos dejar que se marche la liebre, pasamos la primera vuelta en 1 hora (vamos según lo previsto para hacer las 3 horas pero yo sé que no voy a ser capaz de aguantar así otras dos), empezamos la segunda vuelta y ya vamos los dos solos, empezamos a encontrar compañeros de club animando tanto los que no han corrido como los que han hecho los 10 k y que ya han terminado (como se agradecen los ánimos), llega el primer problema; cuando estamos terminando el tramo de Oza Alberto empieza a reducir el ritmo, empieza a pasar por problemas, reduzco el ritmo e intento animarlo, tras varios intentos para que no se quede me dice que tire  que ya intentará recuperar, a partir de aquí empiezo a tirar en solitario, comienza lo complicado, hay que ser duro de cabeza. Termino la segunda vuelta, prácticamente 2 horas, seguimos según lo previsto, nos metemos en terreno desconocido, no sé cómo va a responder mi cuerpo, nunca hasta ese momento había corrido más de 28 kilómetros, empiezo a ver compañeros del Club animando por todos los lados, Juana Vega, Obelisco, Paseo Marítimo…

Llega el segundo problema; los gemelos empiezan a cargárseme de forma alarmante, intento no pensar mucho en ello, voy pensando que ya es la última vuelta que ya solo es descontar, de repente cuando voy por el Paseo Marítimo y las fuerzas ya iban muy justas se les ocurre a tres señoras de avanzada edad ponerse a cruzar por el paso de cebra justo cuando voy a pasar, me veo obligado a tener que parar en seco, empezaron a salir por mi boca improperios que no estaría bien reproducir aquí, me cuesta un mundo volver a reanudar la marcha, el dolor de los gemelos cada vez es mayor, tengo la impresión de que al menos esfuerzo se me van a subir, al paso por Juana de Vega la cantidad de compañeros de Club animando es impresionante, intento devolverles con unos aplausos con las pocas fuerzas que tengo todo ese apoyo.

¿Y el muro? ¿Dónde está el famoso muro?,¡vaya si apareció!, llegados a la rotonda de la avenida del ejército paro a estirar un poco los gemelos a ver si soy capaz de que se me pase un poco el dolor, error, peor el remedio que la enfermedad, pensé que se me rompían!, reanudo la marcha y cuando me doy cuenta las piernas no van, de ritmos de 4.20 que venía haciendo, paso a 5 y aún me quedan 7 kilómetros de los cuales casi todos son por la tan odiada por la mayoría zona de Oza.
No sé si fue el destino, el universo o no sé quién pero de repente a la entrada del puerto estaba esperándome mi amigo Luis Pitis para echarme una mano en esos últimos y duros kilómetros, se puso  a marcarme un ritmo lo más cómodo posible para las escasas fuerzas que me quedaban, el objetivo de las tres horas ya hace varios kilómetros que se ha ido al garete, ahora lo importante es terminar. Terminamos la vuelta a Oza y una vez llegados a la Casa del Mar Luis me dice que ya me va a dejar hacer lo que falta solo y que va a intentar ayudar a algún otro conocido, solo me falta una larguísima recta hasta la tan ansiada meta, últimos ánimos de los compañeros a lo largo de Los Cantones, ya sé que lo voy a conseguir, apuro el ritmo todo lo que puedo, ya ni me acuerdo de los gemelos ni de nada, solo en llegar, cuando estoy a punto de entrar en María Pita casi sin querer veo allí a mi familia, creo que es la primera vez que consigo verlos ( María siempre me dice que nunca más va a volver a una carrera porque  nunca los saludo, jiji),  entrada en  Meta feliz de haber conseguido el principal objetivo que era terminar, el otro tendrá que quedar para una próxima ocasión, ¿Verdad Alberto?

Tiempo Final  3 H  7 M  49 S



Ya soy maratoniano (por Segis)

Que esto quede entre nosotros, yo no quería escribir una crónica, en serio ¿a quién coño le puede interesar que te pegues la paliza de tu vida y después vayas y lo casques? La gente tiene cosas mejores que hacer que leer epopeyas de puriles aburridos. Pero si  todos los días te están dando la brasa de que tienes “la obligación” de escribir la crónica, “es tu primera maratón”, ¡Joder! Si lo sé me quedo en casa, porque no se que será peor. Y al final la escribes, que remedio, sabes que estos pesaditos te van a estar con la cantinela todos los días. Porque correr no correrán un pijo, pero a cabezones, si se lo proponen, no les gana nadie. Así que voy a ello que ya estoy tardando.
Mi historia, como la de otros muchos, un día decides hacer la maratón quizás porque después de tres años y medio corriendo, más de ochenta pruebas, trece medias maratones, ya  parece que tocaba. Vamos que si no has corrido una maratón eres un pringado en este mundillo. Has oído hablar tantas veces de lo especial y épica que resulta esta distancia,  que sólo hacía falta que un buen día que te pillen despistado. Y también hay que decirlo, yo que me dejo liar fácil, siempre he sido un inconsciente, así que para cuando quise reaccionar ya estaba entrenando para ella.
Fueron tres meses de entrenamientos programados por el Mister, que por cierto no tiene ni pajolera idea de esto, pero mola mucho y nos hace reír un rato, aunque la verdad, el que  más se ríe es él, nosotros somos los que vamos con el hígado fuera. Quizás no siempre hicimos los entrenos pautados al pie de la letra, bueno casi nunca,  y aunque solo fuese por las risas y las cañas del final,  casi, y digo casi por decir, me apuntaría a repetir curso. Yo siempre fui por las cañas, pero ellos no lo saben. Vi un grupo que le llamaban la Caña del INEF, y me dije, ahí quiero estar yo. Y estoy, pero aquí esperando que pongan el grifo y continuo esperando. A veces estas cosas van lentas. Es como una prueba que te hacen para ver cuanto aguantas. Y yo sigo.

Y por fin llegó el día clave, la madre de todas las carreras, y allí estaban las temibles Papín dispuestas a terminar con todos los vampiros, al menos es lo que yo pensé cuando las vi con esas ristras de ajos colgando en la cintura, aunque luego más de cerca me di cuenta de que se trataban de geles y no ajos, anda que no tarda en llegar la moda de los bolsillos a Fisterra… con eso de que es o fin do mundo…

Estaba también el amigo Jesús Paleo, del que siempre me pregunté ¿Cómo coño hace para correr tan tieso?, y allí lo vi claro, llevaba una camiseta de al menos dos tallas menos, él la llama Vintaje, pero yo no veo qué ventaja puede tener con ella,  lo difícil que debe ser hasta para respirar, y luego se extraña de esos caretos en las fotos. En fin, que también se nos sumo Carlos Amor al grupo,  Carlos  es el típico atleta que si lo ve mi abuela que en paz descanse, lo tiene sentado un mes en la cocina con caldo de berzas y aceite de ricino hasta decir basta, que no me extraña que luego entre dando tumbos. Ya le dije a mitad de carrera a Inés, dale un ajo a ese hombre que se nos muere.
Dicen que tu primera maratón es especial, recuerdo las palabras de Toño el día antes de la carrera “y que no me entere que no te emocionas al llegar a meta”, y lo cierto es que, excepto la empatía de ver a mis compañer@s llorando y abrazándose,  no advertí ningún otro sentimiento especial, al no ser una mezcla entre ganas de ir al baño y de vomitar, que no sabía por cual decidirme.
Quizás fuese la soledad de quien observa su propio cuadro, o quizás la nostalgia de pasar página de una bonita historia, cuyo eco perdurará escrita en el tiempo, hasta que alguna tarde en las pistas del INEF, entre risas y sudores alguien recuerde alguna anécdota divertida, que nos vuelva a transportar aquel día en el que la indomable Noelia conquistó en Oza al hombre del mazo, el día en el que Jesús LP nos enseñó que no hay mejor motivación que las palabras que llegan al corazón, ese día en el que Carlos Amor se convirtió en un héroe para alegría de los presentes, el mismo día en que brilló magnífica la teniente Inés, aquel día en el cual, a mis cuarenta y ocho años, me convertí en Maratoniano.
La línea de meta simboliza el final de una aventura, que comenzó tres meses antes con la decisión de aceptar el reto, de asumir la preparación y el riguroso entrenamiento. Pero lo que realmente apasiona es el camino que hay que andar hasta al fin situarse en la línea de salida. Todos los momentos compartidos, la complicidad creciente con tus compañeros de fatigas, es lo que te implica en el reto, lo que te va forjando mental y físicamente, lo que te hace amar este deporte, lo que estrecha lazos de unión inquebrantables.
Gracias chic@s por acompañarme en el viaje. Gracias CAS por ser como sois.

Segis.

miércoles, 26 de abril de 2017

C42 - Crónica de Edgar Sánchez

Suena el despertador y el reloj señala las intempestivas seis de la mañana. Por fin ha llegado el esperado día de la maratón de Coruña, una de las fiestas más especiales para cualquier coruñés que se dedique a la locura esta del atletismo. Atrás quedan los meses previos de duros entrenamientos en el desapacible invierno gallego, y los dolores que acompañan a cada uno de ellos al día siguiente. Hoy es el gran día. Débora y yo esperábamos ilusionados esta carrera para intentar alcanzar nuestras metas...nuestros sueños...ridículas para muchos...maravillosas para nosotros. Nos levantamos de la cama con cuidado para no despertar a la peque, que hoy se quedará con los abuelos para que sus papis puedan cumplir sus sueños. Preparamos el desayuno y, mientras lo hacemo,s un hormigueo nervioso hace acto de presencia en mi estómago. Las seis y media y  nos ponemos a desayunar tranquilamente, pero en ese momento suena el teléfono de Débora, nos miramos mientras ella se levanta, y  ambos sabemos lo que ha ocurrido...

Llevaba una semana en el hospital muy grave, y estábamos avisados por los médicos desde hacía días de que no saldría adelante, salvo un milagro. Desgraciadamente los milagros son esquivos, y a los pocos segundos de descolgar el teléfono, el rostro arrasado de lagrimas de Débora confirma la triste noticia  que ya esperábamos, y que no por ello deja de ser uno de los golpes más duros que uno puede recibir en su vida. Ella ha perdido a su padre....

Lógicamente se derrumba, nos abrazamos y dejamos que el silencio nos acoja durante unos interminables momentos.

La madre de Débora está en el hospital clínico de Santiago, y lógicamente debemos partir hacia allí. La carrera de hoy ha perdido todo su protagonismo y ya no importa en absoluto, ....¿o sí?.
Una idea se forma en mi cabeza, y dejo que Débora se serene en la medida de lo posible. Cuando consigo reunir las suficiente fuerzas le pregunto si va a ir a la carrera. La respuesta como es lógico y natural es negativa (yo mismo, y creo que cualquiera hubiese contestado lo mismo). Sé que ir ahora mismo a Santiago es lo que debemos hacer pero, si lo pienso fríamente, ahora ya no hay prisa, desgraciadamente ya no hay ninguna prisa... Entonces le digo que este día podemos recordarlo de dos formas, como el triste y oscuro día en que falleció tu padre y nos pasamos todo el día lamentando su pérdida, o como el día en que corriste en Coruña, bajo un precioso día primaveral, para honrar la memoria de tu padre y dedicarle cada gota de sudor que puedas derramar. La respuesta sigue siendo negativa, y lo comprendo perfectamente. Es muy fácil decir eso para alguien que no acaba de perder a su padre, pero el valor necesario para hacerlo está al alcance de muy pocos elegidos.

A duras penas terminamos nuestro desayuno entre unas pocas palabras. Me visto y me preparo para el viaje. La conversación que hemos tenido solo hace unos minutos ha germinado en el interior de Débora, y cuando menos me lo espero florece, y ella me sorprende diciendo que quiere participar en la carrera, y que poco le importa lo que puedan pensar los demás sobre lo que hará hoy. Que lo va a hacer por ella, y sobre todo por su padre. Me emociono, la abrazo y lloramos juntos. Sé que es una mujer fuerte, pero lo que acababa de escuchar superaba todas mis expectativas.

Durante el trayecto a Coruña le digo a Débora que iré con ella durante la carrera si no le importa, a lo que me contesta que no es necesario, que haga mi carrera, pero mi corazón grita desesperadamente que debo permanecer a su lado en todo momento y cruzar esa línea de meta a su lado, y así lo haré. Después tratamos de distraernos hablando sobre la carrera, los tiempos, los ritmos, de nuestros compañeros del CAS, y de cualquier otro argumento que ahuyente la alargada sombra de la muerte.

Llegamos al obelisco a tiempo para la fotografía inicial del CAS. Tenemos la intención de mantener  lo ocurrido en el más absoluto secreto. No es necesario teñir de sombras un día tan especial para todos nuestros compañeros. Saludos aquí y allá con la dificultad que entraña mantener la compostura en esos momentos. Ella aguanta estoicamente sin derramar ni una sola lágrima (que fuerte eres...). Nos hacemos la fotografía, y dan la salida a la carrera de handbikes (que mérito tienen est@s chic@s) y al Maratón. Nos quedan 15 minutos para la salida del 10K y decidimos que es hora de calentar un poco, de forma que correteamos por la calle Real un ratito para entrar bien en la carrera. Cuando llega el momento, nos dirigimos a los cajones de salida y buscamos el grupo de entrenamientos del CAS en el que debe ir Débora (57:30), nos ponemos detrás de él y esperamos el disparo de salida.

En el primer kilómetro nos arrastra la marea de corredores a un ritmo más alto del que debemos mantener, pero es normal y contábamos con ello. Para mi sorpresa, transcurrido este kilómetro, Débora sigue tirando muy fuerte, tanto que cuando pasamos a la altura del Colón rodamos a 4:40 (increíble!!!). Le digo que puede aflojar un poco si quiere (tengo miedo de que después pague el esfuerzo...), me hace caso y comenzamos a rodar en los 5:30 previstos. Se le ve bien, entera y fresca, y yo no doy crédito a lo que veo. Cuando comenzamos el paseo marítimo, en la zona de la torre de control, subimos la primera rampa de la carrera sin mayores inconvenientes. El ritmo sigue siendo muy bueno. Yo no le digo nada para no agobiarla, prefiero que haga la carrera que ella quiera sin exigencias. Casi sin darnos cuenta llegamos a la cuesta de Adormideras, y aquí sí la veo sufrir, pero lucha, se esfuerza y llega arriba con un gesto de rabia y coraje en su rostro. Recuperamos el ritmo de rodaje hasta la casa de los peces y giramos hacia la meta, ya falta poco. Comienzo a animarla tímidamente, pero creo que no es necesario, destila determinación en su mirada... Faltan dos kilómetros a meta, y yo ya estoy seguro de que lo va a conseguir, pero sigo animándola. Para mi sorpresa cuando entramos en el último kilómetro cambia de ritmo y rueda cerca de los 5:00 minutos / kilómetro, empujándome y obligándome a esforzarme. María Pita se acerca y ella sigue empujando. A falta de 100 metros vuelve a cambiar y esprinta, no salgo de mi asombro... Cruzamos la meta en 55:01 pulverizando el objetivo marcado para esta carrera y rebajando en más de 8 minutos su marca del año pasado. Acaba de hacer algo alucinante. Eres muy grande Débora, y es un privilegio poder compartir mi vida contigo. Puedes conseguir todo lo que te propongas, nunca te pongas límites. Al detenernos nos fundimos en un abrazo y lloramos, recordando a su padre y dedicándole cada latido de nuestros rotos y agotados corazones. Va por ti Juan... va por ti...


Cada año, cuando llegue esta carrera, será la Maratón de Coruña pero, a partir de ahora, también será la carrera de Juan, y año tras año se la dedicaremos a su memoria, y él nos hará volar hacia la meta.


Nos quedan por resolver unas cuantas cosas aquí abajo, pero pronto nos veremos. Gracias por todo Juan, descansa en paz.

Mi primera carrera: de imposible a increíble (por Marta Lago)

3 minutos andando + 3 minutos corriendo… Esa era mi rutina en septiembre de 2015.
 
Hace 19 meses que comencé a correr; nunca hasta entonces me lo había planteado. Mi marido corría desde hacía bastante tiempo y yo no entendía cómo era capaz de ponerse las zapatillas e ir a entrenar por las noches o por las mañanas del fin de semana, en lugar de hacer otras cosas.
 
Un día, me animó. Me comentó que había un grupo en Sada que entrenaba lunes y miércoles a las 20:30 y que era de iniciación ¿Por qué no probaba? No perdía nada. 
 
Con timidez acudía cada lunes y miércoles a los entrenamientos, con lluvia, frío o calor, por el paseo, en Riobao... Me gustaba escuchar los comentarios de mi compi Alberto: “buff, esto es imposible”, las anécdotas de las carreras a las que se apuntaba el resto del grupo, las apuestas personales de Bilba, los éxitos de Noelia, las chicas y sus progresos… Y yo pensaba que con esto me llegaba, era suficiente… ¿Participar yo en una carrera? IMPOSIBLE 
 
Llegó el siguiente curso, nuevos compañeros, el cambio de grupo de Jaime, de Kader a Noelia, y los objetivos de l@s noelian@s. ¿Objetivos? Ninguno, seguir entrenando. Pero, para mi sorpresa, Jaime comentó que su objetivo era hacer conmigo mi primera carrera de 10 Km. ¿Estábamos locos? ¿Acaso pretendía que yo participase en una carrera? IMPOSIBLE.
 
Sin darme cuenta, empezaron los entrenamientos conjuntos para los 10 km: series interminables, técnica de carrera, los patitos, tercer y cuarto día, domingos a los Condes y vuelta, los consejos de Tere en nuestros paseos de los martes, los ánimos de todo el grupo.
 
Y llegó el día, el 23 de abril. A las 7.40 de la mañana, Malo, Adela y Lucía, con cara de sueño, nos recogieron en casa. Llegada a Coruña, foto en grupo, todo el CAS ¡Impresionante! Sonrisas, abrazos, palabras de ánimo… Eso era lo que se respiraba, eso era lo que yo estaba viviendo: era parte de ellos. INCREÍBLE
 
Nerviosa, con miedo, acordándome del abrazo de Noelia antes de salir, de los consejos de mis compañeros, de las palabras de ánimo, del apoyo de los que estaban y de los que no pudieron ir… empezó la carrera, todos salieron rápido y Jaime a mi lado, tranquilo, marcándome el ritmo: “no apures, dosifica, ahorra fuerzas…”  Y comencé a correr, primero despacio, luego más rápido, constante. Una cámara; sonrío y en mi cabeza solo un pensamiento: acabar mi primera carrera. 
 
Los tres primeros kilómetros, me veo bien, creo que lo puedo conseguir. A mi lado, seguía escuchando: “Venga, vas muy bien, mejor de lo que habíamos previsto”. INCREÍBLE
 
Y comenzamos a subir… En el trayecto nos cruzábamos con otros compañeros: Bilba, Adela, Lucía, Cris, Ángeles, Ángel, Tino, Malo, Lorenzo, todos esforzados, sudorosos, con una palabra de ánimo en su boca. ¡Venga Marta! 
 
8 km, solo quedan dos. Estoy agotada. ¿Podré llegar? y Jaime a mi lado, “vamos, ya está hecho, puedes hacerlo, no pares”.
 
Veo la meta. Un último esfuerzo, sprint. Carmen con la cámara en la llegada y, por fin, los abrazos, las felicitaciones, las sensaciones. LO HE CONSEGUIDO. Mi primer bollito con chocolate (merecido) y más abrazos, sonrisas, enhorabuenas, fotos de grupo… y lágrimas de emoción porque pude, porque confiaron en mí, porque por primera vez me sentí parte de esta gran familia. Gracias a TODOS. 
 
¡ESTO ES INCREÍBLE!