sábado, 29 de abril de 2017

Siempre sonriendo (por Inés Papín)

Cuarta maratón, se dice pronto, cuando echo la vista atrás y allá por agosto del 2011 Noe me preguntó si ese domingo tenía algo que hacer y descubrí el mundo de los corredores, con sus sonrisas, todas sonrisas y el ambiente maravilloso que se respiraba del principio a fin.

Allí me quedé enamorada para siempre, y empecé a correr o trotar a una media de 3 minutos corriendo, 10 andando.

Desde ese día hasta el 23 abril 2017 un cambio total en mi vida, descubrir el CAS, un nuevo flechazo, ver el grupete de gente que yo me quedaba mirando en cada carrera, sobre todo mujeres, envidiando poder estar allí entre ellos, poder compartir ilusiones, carreras, compañía, y de nuevo la suerte me acompañó y nuestras vidas se cruzaron, más bien Fernando se cruzó en medio de las bicicletas, gracias Fernando.


Desde ese día no llevo ni la cuenta de carreras de 400, 1.500, 5.000, 10.000, media maratón, pero sí llevo la cuenta de las maratones, son 4 y cada una de ellas distintas, cada una grabadas a fuego, ¡si es que no tengo duda soy MARATONIANA!!!

En este año, fue una preparación muy especial, muy llevadera, fueron menos de 2 meses dedicándonos sólo a la maratón, este año tocó poco, pero con gusto, allá quedaron las tiradas largas, los 8.000 los 6.000 y siempre en compañía, encontrarnos este año los 4 cada fin de semana para disfrutar, sufrir, tirar unos de otros y animar, aconsejar, discutir, pero sobre todo sonreír, siempre sonreír.

Sin enterarnos nos encontramos el día 23 en la salida con el corazón desbocado y sin saber si llegaría a la meta.

La incertidumbre en la maratón es lo que le hace especial, es un desafío que año tras año hay que plantarle cara y arriesgarse, porque por muy bien preparada que estés el señor del mazo pega duro y muy duro.

En el km 2 ya por fin llegan nuestros chicos y por fin respiro tranquila, ahora toca pasito a pasito e ir siempre hacia delante, como dice María Luisa, levanta mirada y sonríe...
Nerviosa por una misma por saber como responderá tu cuerpo, nerviosa por Noelia que se arriesga a ir a un ritmo muy elevado sabiendo que va a ser difícil mantener, nerviosa por Segis que se estrena, que lleva los últimos días con una lesión en el pie y no sabemos como le irá, nerviosa por Paleo que no dudo en ningún momento que irá sobrado durante muchos kilómetros, pero sabiendo que ir tirando tantos y siempre delante le pasará factura, feliz y sonriente porque hemos logrado estar los 4 en la salida y estamos los 4 juntos en este largo camino, los 4 que hemos soñado, reído, discutido, sufrido, y sonreído por fin juntos!!!

Juntos y rodeados de todo el Cas, en cada esquina allá están gritando, chillando, cantando, hacen que vueles, es una inyección de adrenalina imposible de parar.

Rodeada de mis hijos, que encima de la bicicleta rodean Coruña para seguirnos, de Eliseo, que este año no pudo terminarla, pero hizo un trabajo envidiable, no me cabe duda, acompañando a la liebre de 3:45, animando estoy segura a todo aquel que quisiera escuchar, y como bien dicen, ¡con él no te aburres!!!

Viendo a cada uno de los valientes del CAS que este año hemos podido estar en la salida, al Chinchilla que va como un tiro, tantos entrenos viéndolo volar, a Morlán dándolo todo y más, siempre con la mirada atenta del Míster, a las chicas Suka y Marisa, a Carlos, Gilberto, Oscar, Jose Juan, Iago, Inda, Francisco,,. Toni, ese sí que tuvo narices…, y la liebre del CAS Juan, ENHORABUENA!!!

Juntos hasta el final de la segunda vuelta, que Noelia empieza a bajar el ritmo y mirando de reojo decimos: ¡¡¡¡VAMOS NOE!!!!, pero Noe aprieta dientes y no puede más, y el chico de la bici se queda con ella.

Los 3 juntos hasta la tercera vuelta en la casa del mar donde se va quedando Paleo y le grito, ¡AHORA NO, JESÚS!!!!, pero el hombre del mazo es más fuerte que yo.

Los 2 juntos hasta la rotonda de Oza, en la que es Segis el que me dice ¡¡¡Inés tiraaa!!! y me quedo sola, me quiero quedar pero las piernas tienen puesta una marcha que no deja reducir, sola hasta Juana de Vega que me encuentro por enésima vez a todo el CAS con sus gritos, aplausos VENGA INÉSSSS, metiéndose dentro del circuito que por un momento pensé que se venían conmigo, el corazón se desboca de nuevo y la emoción empieza desbordarme, veo que voy a terminar mi cuarta maratón, veo que el hombre del mazo hoy no me quiso, veo a la velocidad de la luz esos meses de entrenos, veo a mi querido Alberto Orey, paciencia infinita y el que ha hecho posible que esté ahí y veo la entrada de María Pita.

Una emoción me sacude todo el cuerpo y nada más llegar me doy la vuelta y espero ansiosa para ver como va llegando Jesús, que no puede contener la emoción, la llegada de Segis que me preocupa porque lo veo en estado de shock, y veo que Noe no da llegado hasta que por fin ahí está con el chico de la bici y con Fran, que desde la casa del agua que le grité: ¡Pilla a Noe!!!!  no la abandonó.

Esto se terminó, y es una sensación muy rara, porque nos falta la pregunta de: ¿Y este finde que toca???  por poco tiempo, pero estoy rara, no puedo entender como pude vivir tantos años sin correr, sin el Cas!!!!